Bucle

Por: El Chico defectuoso

Un paso al infinito

Continuando con la serie «Recuerdos» les presento la historia Bucle, que ahora si terminaré… (FELIZ CUMPLEAÑOS LUNÁTICA INDECISA, A VER SI ESCRIBES ALGUITO)

Capítulo I

Era tarde, muy tarde. Mis latidos golpeaban mi pecho incesantemente, mientras jadeaba al correr por las calles hacia mi casa.

Mis pensamientos se turbaban mientras observaba las calles vacías. A lo lejos escuchaba sirenas de policía y aullidos lastimeros.

– ¿Cómo fue que llegué hasta el parque central? – pensé absorto y confuso- ¡si yo ya estaba en mi cama!

Veo pequeños grupos de personas libando y trato de evitarlos. Mis pasos, mientras corría, empezaban ya a desgarrar mis músculos, cuando una hilera desatada voló por los aires. Sentí entonces el frío y mojado pavimento en mi rostro.

Hace aproximadamente dos horas había llegado a mi casa, de forma normal y monótona, luego de desayunar y llevar mis clases en el instituto, luego de rendir por fin mi examen final de ética, luego de cruzar por vez 1099 la avenida más transitada y perder las llaves de mi casa; luego de dar casi mis aproximados 7563 pasos hasta mi puerta y despedirme, como cada día de mis dos mejores amigos.

Saludé a mi madre y me rehusé a comer, subí directamente a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mí. Estaba hastiado de la rutina, estaba hastiado de hacer siempre lo mismo.

Recuerdo también haber visto una luz brillante por mi ventana que se acercaba lentamente, me sorprendí, pero en un pestañeo desapareció como llegó.

– Debo estar cansado – pensé -.

Desde allí hasta mi extraño viaje, sólo recuerdo sólo recuerdo que me tumbé en la cama y tuve una pesadilla sin sentido: una mosca se comía, literalmente, a una mariposa.

Allí fue cuando yo abrí mis ojos tirado bajo una banca del parque central.

El olor del asfalto mojado era penetrante. Me puse instintivamente de pie y consulté mi reloj. 04:04 a.m. Mamá debía estar preocupada.

Volví a agilizar mis pasos, ya a tres cuadras de mi casa, pensando en la luz que estaría prendida en la ventana de mi madre.

Dos cuadras. ¿Habré soñado aquella enceguecedora luz blanca? Y si no fue un sueño, ¿Qué era aquella cosa?. Una cuadra. Mamá siempre entraba a besarme la frente después de haberme dormido, seguramente se había dado cuenta de mi ausencia.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. La luz estaba apagada. Mamá no dormía si yo no estaba en casa.

No podía haberle pasado algo. Yo no lo soportaría. Llamé firmemente a la puerta, pero no hubo respuesta.

Decidí entonces trepar el cerco y correr hasta la casa, escalé también el cobertizo con la intención de entrar a mi pieza por la ventana.

Vi mis cosas tal y como las dejaba cuando llegaba a casa, mi mochila en mi mesa, mi ropa en el armario y mi portátil en la mesita de noche.

Fue al girar mi vista hacia mi cama, cuando descubrí el espectáculo más patético y extraño de mis 21 años de vida: me vi a mi mismo acostado durmiendo plácidamente.

Hubo algo además que no entendí en ese momento, a mi costado todos mis libros de ética, yacían abiertos, ¿no había rendido ya mi examen final?

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2 pensamientos en “Bucle

  1. Enola dice:

    lo que sucede es que tenias un poco de sangre en el alcohol que recorre tus venas luego de una tranca brutal y ese que estaba en tu cama era tu hermano gemelo que ademas estudia filosofia (por eso los libros de etica) jajajajaja ubriaco!!

  2. ¬¬ porqué no te compras un bosque? muajajaja… na mentiraaaa. Pronto el segundo capítulo.

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