Mira, te voy a contar algo que he estado pensando desde ayer. Desde ayer que fue el cumpleaños de mi hermano y de la abuela fallecida de mi novia. Son cosas que te hacen reflexionar, que te hacen recordar otras cosas. En mi caso, recordé a mi abuelo Eleazar, por eso de la vida y la muerte.
¿Sabes? Cuando murió mi abuelo, yo tenía nueve años y él cincuenta y ocho. Murió de una forma impropia de su tiempo. De cáncer al estómago. Auch. Rápida sí, una vez establecido el diagnóstico, pero desde el año anterior se había ido apagando, como si por un agujerito microscópico del cuerpo se le escapara la vida. Una tarde se lo llevaron al hospital y ya no salió de allí. Qué frío y qué cosas recuerda uno.
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