Desde niños nos inculcan que El Perú es nuestro hogar; hogar; hogar y hogar.
No entendí ese discurso hasta que en verdad alguien invadió mi hogar. Nuevamente, en mi país, cada vez menos mío. Una pequeña cantidad de tierras está siendo prácticamente robada para poder alimentar a unos pocos que dejan con hambre a unos muchos.
No señores, no estoy preparando un discursete político más, estoy sintiéndome indignada porque cualquiera puede venir, denunciar tu casa para explotación minera y puedes irte a la mierda en un expreso.
¿Qué haces cuando venden tu casa? Es más, para proteger los supuestos bienes del estado.
Sigue leyendo