(Casi lo olvido. Dedicado a la señorita de la mañana, que espero que este más animada y sin síntoma pre-menstruales)
Ella te ha dejado. No quiere volver a verte. Yo sé, amigo que durante muchos días, semanas, meses, años has tenido miedo a un encuentro fortuito con ella, pero quiero decirte que quien tiene miedo también tiene esperanza. Porque, contrario a lo que proclama la frasecilla, lo último que se pierde es el orgullo.
Generalmente todo se acaba con una palabra coloquial, con una despedida educada. Como si no pasara nada. Y la sonrisa lejana que escuchabas un segundo antes de cortar suena como un pitido ininterrumpido. Y entonces la confirmación de aquello que esperabas te devuelve a la realidad sacando tu cabeza del gigantesco olvido en el que estabas metido. ¿Inhalabas o exhalabas en la relación? Hacías las dos cosas con una gran bocanada y te sientes mareado cuando ves que todo deja de moverse en el tiempo lunar del agua, ya nada flota en mil posibilidades.